Fernando de Noronha merece un atención especial. Es sitio UNESCO por la fragilidad de sú ecosistema. Los pocos y afortunados visitantes disfrutan playas únicas, aguas calientes y relajantes populadas por delfinos y tortugas marinas que ponen Noronha al primer lugar de las destinaciones preferidas por los amantes de las inmersiones.
Además del mar, hay muchas otras actividades para hacer en esta isla: paseos en el Jardim Elizabeth, costa Esmeralda o Sancho Bay, con la famosa escalera natural excavada en la roca. Ya cinco siglos atrás Amerigo Vespucci dijo lo que hoy en día muchos turistas siguen repitiendo “estamos en paraíso”. Y él tenía razón. Arena dorada, mar de colores espectaculares con escollos y corales, playas libres, vegetación exótica en sú estado primordial con la fauna marina entre la más ricas de Brasil. Algunas de las playa más hermosas de Brasil se encuentran en este archipiélago, área protegida de extrema belleza, a un centenar de km de la costa norte-este. Lugar perfecto para submarinistas, surferos, ecoturistas y todos a los que les guste andar. Noronha (como la llaman los indígenas) también es perfecto para los que buscan al descanso bajo el sol.